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En Shatranj, esta pieza se llamaba “firz” o “farz”, que significa “asesor” o “general”. La palabra persa proviene del término indio “rukh”, que por supuesto semeja generarse de la palabra sánscrita “rakshak”, que paralelamente significa “soldado” o “resguardar”.
Muchas veces intento dejar un poco de lado algún que otro aspecto que pueda complicar el tema mucho más de la cuenta. Kaizen, si una serie con término general An es convergente entonces la serie cuyo término general es cAn con c constante lo es asimismo. Y su límite es exactamente cA sonde A es el límite de la original. Una bonita y famosa historia de ajedrez y un interesantísimo acertijo matemático.
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Los 2 primeros movimientos dan lugar a 400 posiciones diferentes, el tercer movimiento produce 5362 ocasiones y la segunda contestación negra gira en torno a las variantes. La primordial interpretación que se puede entablar entre estas dos piezas es con la dualidad Cuerpo – Alma. El rey representa el alma encarnada, la dama o asesor la materia. El rey se desplaza un sólo paso en cualquier dirección, simbolizando, de esta manera, su difícil reconocimiento en la materia, su “prisión” es la materia.
No en balde, el término chaturanga se refiere a una capacitación militar. Este relato legendario lleva siglos asociándose con los orígenes del juego intelectual mucho más popular de nuestra historia. Si bien lo cierto es que el ajedrez que conocemos hoy en día no es exactamente el mismo que se jugaba en épocas pasadas. Parece ser que su precursor más directo fue un juego hindú popular como chaturanga y que supuestamente dataría de los siglos IV y V. Este habría nacido en Asia y se habría ido propagando a China, Rusia, Europa, etc.
La Historia Del Ajedrez, El Tablero De Los Reyes
El ajedrez es un juego entre 2 personas, cada una de las que tiene 16 piezas móviles que se colocan sobre un tablero dividido en 64 casillas alternadas en colores blanco y negro. Las 16 fichas con que parte cada jugador al comenzar el juego se dividen en un rey, una dama, 2 alfiles, dos caballos, 2 torres y ocho peones. Se trata de un juego de estrategia en el que la meta es «derrocar» al rey del contrincante. Para lograrlo se ha de amenazar la casilla que ocupa el rey opuesto con ciertas piezas propias y supervisar asimismo alguno de las probables casillas a las que pudiera huír el rey enemigo.
Los aspectos distintivos del juego de Steinitz y la discusión sobre la eficiencia o no de su método fueron el motor que permitió continuar construyendo el juego a inicios del siglo XX. Los siguientes grandes ajedrecistas seguirían la estela de este teórico, que terminó sus días en un sanatorio mental de Nueva York en 1900.
Mitos Y Leyendas
En la civilización árabe se consideró este juego una importante asistencia pedagógica para el desarrollo del pensamiento lógico. Todos se vieron seducidos por un juego que se erige en metáfora de la guerra. Para conseguir la manera más afín al ajedrez actual tenemos que remitirnos a un legendario juego aparecido en el norte de India a inicios de nuestra era.
En una de las peleas en las que participó su ejército perdió a su hijo, y eso le dejó intensamente consternado. Allí la pasión por el juego había crecido sin cesar y las autoridades comunistas lo declararon “un medio de educación y progreso cultural de las masas”.
No sólo en la civilización india se perciben estas relaciones, sino asimismo en las distintas etnias donde arraigó este juego, como fueron la árabe y el sistema feudal del Medievo. La igualdad es errónea pues al sacar el factor común, la S que disponemos antes de la igualdad se refiere a los 64 cuadros, mientras que la nueva por el momento no es elevada a 64, sino a 63, lo que inutiliza dicha igualdad. Cuenta la historia de historia legendaria que hace mucho tiempo reinaba en determinada una parte de la India un rey llamado Sheram.
Las fábricas disponían de clubes de ajedrez propios y se crearon redes de instructores encargados de enseñar el juego y conocer nuevos talentos. Un cuarto de siglo después, los players soviéticos no tenían contrincante. El primero de ellos fue la lengua alemana Emanuel Lasker, que conseguiría derrotarle seis años antes, transformándose en el segundo vencedor del mundo.