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Y el asiento de mi hermano continuará vacío. Mientras el chico desayunaba escuchaba golpes, ruidos coléricos que provenían de su habitación. Su madre que estaba al lado de él, no parecía darse cuenta, pero Carlos ahora empezaba a preocuparse. Aquello se estaba yendo de las ramas.
Somos los peones, esclavos manipulados que solo podemos desplazarnos hacia adelante con un único movimiento, pero tenemos la posibilidad de comer cualquier parte del tablero más allá de su superioridad. Los alfiles se mueven en movimientos cortos o largos pero jamás hacia adelante, siempre en perpendicular. Los caballos con sus saltos en forma de “l” retan la física e inclusive saltan sobre cualquier pieza. Las torres tienen la posibilidad de asimismo desplazarse hacia los lados o hacia adelante en movimientos cortos o largos según ellas decidan. Sin embargo, los peones somos muchos y si nos unimos entre los ocho superarnos en número a cualquier oponente. Somos ocho elegidos que marchamos al frente siempre y en todo momento primeros defendiendo al resto.
David Dura Marín
“ Vamos a la partida” dijo con un tono seguro y decidido como era ella. Poliakov, oficialmente fue el ganador, pero nunca recogió la medalla que lo atestiguaba, siempre ha dicho, que la partida estaba sin acabar, y nunca aceptó que se le citara como vencedor de ese torneo. El Rey y la Reina, caballos y Torres, que tienen color.
Sin padre, su abuelo se encargó de él. Todos los días el viejo llevaba al chico a pasear por allí, donde asimismo le enseñó a divertirse al ajedrez. Al mirar otra vez al muñeco con cara de malo, que había en frente del tablero de ajedrez, se dio cuenta que en este momento de todos modos era su hijo. En el momento en que llegó, abrió la puerta con bastante cuidado, despacito y allí proseguía Víctor en frente del tablero con las piezas preparadas para jugar. Había tirado todo al suelo y ciertas cosas, las más frágiles las había roto. Por la mañana al despertar, las piezas de ajedrez estaban sobre el tablero listas para la próxima actuación.
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De esta forma, el último movimiento de Blanco fue definitivo. El Rey enemigo sonrió con suficiencia antes de tomar su cabeza. El hombre observó, largo rato y en silencio, la disposición de las piezas; entonces, acercándose al mostrador, se realizó ser útil una copa de orujo.
Un pitido lúgubre subió, bufando azufres, por la colina. Trosky, el perro veterano, enderezó las orejas y salió de su letargo, desgarrando la mañana con unos alaridos que auguraban muerte. Nos subieron a un bote y nos trasladaron al puerto. En el momento en que llegamos a tierra, pude ver lágrimas en los ojos de aquel despojo que había salido de las entrañas de aquel barco sin corazón. Leonardo, por otro lado, tenía la vista perdida y una gran sonrisa en la cara.
En este sentido, se fosiliza un estado de lengua para lograr estudiar de qué manera se disponen en él y cómo trabajan cada uno de sus elementos. Escasos lingüistas sospechan que la intervención del aspecto tiempo es capaz de hacer a la lingüística adversidades particulares y que coloca su ciencia frente dos sendas absolutamente discordantes. (…) Es al lingüista al que esa distinción se impone más imperiosamente; por el hecho de que la lengua es un sistema de puros valores que nada determina ajeno del estado momentáneo de sus términos. Un segundo propósito del artículo sería que sus tres partes se puedan ver como primordiales y complementarias las unas respecto a las otras.
Al rey trajeado, le prestaron una gabardina. A la reina consorte, se le comenzaba a transparentar la túnica. 2 alfiles contrarios y una torre corrieron a refugiarse en el bar en el momento en que la lluvia empezó a arreciar. La partida no había llegado siquiera a medio juego, pero decidieron terminar en tablas, abandonando todos la plaza y abarrotando el bar. El boticario y el maestro, que eran los únicos que sabían jugar al ajedrez en toda la comarca, le dieron una vuelta al tablero pintado en el suelo y tomando como referencia el lado en el que la casilla blanca quedaba en la esquina inferior derecha. Dispusieron entonces en orden a las piezas mayores y inferiores, pidiéndoles a todos que, por favor, se estuviesen quietos y no se moviesen hasta el momento en que ellos les avisaran.
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Se encontraba a puntito de dar comienzo la partida y Pan y Cebolla no aparecía. Poco a poco se iba animando la estepa donde estaba montado el tablero. Ni que decir tiene que cuando aparecía la reina, todo viraba cerca de ella. INTRODUCCIÓN Según el reputado teorético Ludek Pachman, la diferencia fundamental entre un profesor y un aficionado, radica en la cap…
Los corazones se aceleraban mientras que la nieve seguía cayendo y el frío que reinaba solo era comparable al de las mentes automáticas de aquellos players. Las torres continuaban inmóviles, recias y robustas, una a cada esquina, cumpliendo a la perfección su función protectora. Los alfiles estaban dispuestos para moverse con agilidad, tal y como se suponía de ellos.